¿Y si nos entregamos al diseño universal?

A veces las respuestas no están tan a mano como quisiéramos…

A veces nos preguntamos: ¿por qué? o ¿para qué?. Y lo que sigue es SILENCIO… O un simple “no sé”.

¿Es que tiene que haber una explicación lógica para todo?…

A veces se trata sólo de CONFIAR… Confiar en la Vida.

Pero igual necesitamos respuestas, queremos respuestas…

(Buscá la tuya , una que te conforme, una que te haga sentir bien. Yo buscaré la mía…)

A veces tan sólo queda decir GRACIAS… Sin saber exactamente por qué estamos agradeciendo…

Como seres humanos quizás no podemos ver la grandeza del universo, a veces no podemos ver que todo es causa y efecto y que todo está tan preciosamente diseñado que si lo pudiéramos ver no lo creeríamos…

Quizás se trata de empezar a “ver” con otros ojos… Percibir… Sentir…

Y si seguimos el camino de confiar en la vida nos encontraremos más adelante “caminando por la misma vereda” o simplemente no nos encontraremos…

/Basta sólo con observar la naturaleza y darnos cuenta de lo grandioso de la creación…/

girasol.jpg

 

Lo que tiene que suceder… Sucede…  Y lo que NO tiene que suceder… Simplemente no sucede.

Creo que entender esto, es una de las claves para vivir tranquilos… Sin culpas, sin remordimientos, sin cargas pesadas…

Hay personas que aparecen en nuestra vida tan sólo por un momento y (nos demos cuenta o no) hacen la diferencia “en ese momento”.

Y hay personas que aparecen en nuestra vida y nunca más se van… Y hacen una diferencia en cada uno de nuestros días, una “gran” diferencia…

Darnos cuenta quiénes permanecerán o quiénes desaparecerán es casi imposible en el momento presente… Sólo lo sabremos al final del recorrido… (Aunque algunas veces intuimos y “sabemos” quién es quién).

La vida es como un gran tejido en donde ningún punto es en vano, ningún hilo está al vicio y en donde el grosor de cada hilo hace la diferencia. Y si algún día tenemos tiempo de tomar distancia y observar con atención el tejido de nuestra vida, podremos ver todo el entre tejido y darnos cuenta de los detalles.

Y entonces entenderemos que nosotros mismos fuimos tejiendo nuestra propia vida, aunque con la sensación de que desde algún lugar (allá arriba) todos nuestros pasos estaban siendo monitoreados.

 Para así llegar a un diseño Único y Armonioso…

 Y Personal…

Fractal1espiro.jpg

 

¿Por siempre en el medio?

-bien-y-el-mal-de-decisi-n

Quizás lo escribí pensando en vos, o quizás en mi… Tal vez hablaba de vos sin darme cuenta que también hablaba de mi… Momentos confusos en los que el “yo” y el “vos” se mezclan, se hacen uno…

Y vos estas en el medio, ¡si! , justo en el medio… Ni allá, ni acá, sino ahí… En el medio y sé que soy reiterativa pero bueno…no me lo puedo guardar… Es que vos estas ahí, entre lo que no quiero y lo que quiero… Sos aquella persona en la que nunca me fijaría y sos aquella persona a quien no dejaría… Y porque estas en el medio es que me desespero, porque no sé si te quiero o no te quiero… Porque estas en el medio…¡Y que difícil es!. Por momentos te inclinas hacia mi ideal y por momentos te vas tan lejos, tan lejos que me sorprende… Y te vuelvo a mirar y una vez más te encuentro en el medio y me desespera, creeme que me desespera… Y trato de ver de qué lado estas mas cerca, trato y trato y de repente te veo, te veo siendo lo que siempre quise y me alegro… Pero todo es tan efímero (demasiado para mi gusto) que pasan unos segundos o minutos quizás y de nuevo te veo del lado oscuro, de repente te pienso fuera, fuera de lo que siempre quise… Y no quiero ni verte, y no quiero ni pensarte y no quiero conocerte… Pero ya es tarde, porque ya te veo y ya te pienso y ya te conozco… Y entonces vuelvo a observarte y me das tanta ternura, y vuelvo a mirarte…¡Y de nuevo en el medio!, ni te inclinas para allá ni para acá, simplemente en el medio…¡ Movete por favor!, te pido que te muevas y me des una pista, pero no te muevas para allá mejor venite para acá así te puedo seguir viendo…

Quizás no hablaba de nadie… Quizás tan solo hablaba…

¿Y si nos animamos a soltar?

A veces permanecemos atados a amores que ya no son más, que nos aman pero que ya no amamos… Es que a veces es tan grande el miedo a quedarnos solos…Creemos que nunca más va a haber alguien especial en nuestra vida… Y entonces preferimos seguir con quien estamos, recurrir a lo ya conocido o (para peor)salir a bailar y buscar personas desconocidas que puedan llenarnos ese vacío interior… Pero el gran error consiste en buscar afuera lo que está adentro…El error está en buscar ser amados o amar a otros sin primero amarnos a nosotros mismos… El error está en querer que otros nos aplaudan y nos hagan sentir “grandes” cuando por dentro nos sentimos chiquitos…

Buscar la confianza afuera, buscar la valoración afuera, buscar la aprobación afuera y lo más grave buscar y seguir buscando el amor afuera ¿Existe el afuera cuando no hay un adentro acogedor?…¿Qué esperamos del afuera?.

¿Y entonces de qué sirve tener a alguien al lado por el solo hecho de no estar solos?… ¿De que sirve seguir “por comodidad” o “por costumbre”? ¿Y seguir por miedo a no encontrar algo mejor?… ¡Conformarse! …Eso es conformarse… ¡Algo tan visto hoy en día!… Y yo no me conformo y quizás por eso estoy constantemente buscando, con mi vida llena de inestabilidades y de inseguridades… Pero es que es más fuerte que yo, ¡siento que hay algo más!.

No es fácil animarse a estar solo, animarse a soltar (por más que lo esté escribiendo no logro hacerlo completamente en mi vida), porque soltar no consiste en borrar un número de teléfono (aunque puede ser una ayuda). Soltar consiste en desprenderse en todos los sentidos de esos lazos invisibles que te siguen manteniendo atado a determinadas personas… Soltar es dejar ir con amor  agradeciendo el paso de esa persona por nuestra vida. Diciendo “gracias” a cada momento. Reitero que quizás eliminar del Facebook o borrar un contacto es de ayuda en este proceso pero, lo fundamental, es cortar el lazo energético que nos une de forma invisible con una determinada persona. Dejarla ir, dejarla libre, que vuele hacia donde así lo sienta y así lo prefiera. Es inútil forzar el camino de otro, es inútil decirle a alguien “sos libre” y después por mensaje decirle “pero si lo haces, olvídate de mi”… Es inútil presionar (directa o indirectamente)… Y es inútil enlazar a alguien (así sea con una cuerda invisible que nadie la vea) porque nos estamos enlazando a nosotros mismos… nos estamos enredando a nosotros mismos. ¿Todo esto por el miedo a estar solos?, ¿vale la pena realmente?… ¿Y si la vida tiene preparado a alguien mejor para nosotros?, ¿y si la vida nuestra no pasa por tener una pareja hasta el fin de nuestras vidas?, ¿y si nos morimos sin tener hijos?… ¿Es todo eso tan grave?… Deja de serlo en el momento en que nos damos cuenta que nuestra vida la planeamos antes de nacer. Que lo que tenga que ser será y lo que no tenga que ser no será.

¿Tan difícil puede ser comprenderlo?…

soltar

No me vengan con eso de “la media naranja”. Eso indicaría que no estamos completos, que nos falta algo (exterior) o peor aun que somos sólo una mitad.  Y yo me considero una naranja entera y quisiera tener otra naranja bien entera al lado mio. No pretendamos que otros vengan a llenar un hueco que tenemos que llenar nosotros mismos. No pretendamos que otros nos traigan la felicidad. Mejor traigámonos nosotros mismos nuestra felicidad.

Carta para encontrarte

neblina.jpg

Te miro, te miro y cuanto más te miro menos te veo…

Quiero descifrarte, lo intento a cada momento y entonces… ¿Por qué fracaso?

Te observo, te observo atentamente (muy atentamente)  y sigo sin encontrarte… ¿Cómo es posible?

¡¿Quien sos?! ,me pregunto cada vez que te veo y la respuesta se disipa…Y una vez más me duermo sin saberlo.

Te veo a los ojos (siempre me gustó mirar a las personas a los ojos, una mirada dice mucho) y veo algo pero no logro saber qué… ¿Qué es lo que veo?

¡¿Quién sos?! Me pregunto cada vez que te veo y la respuesta se esfuma…y una vez más me duermo sin saberlo.

Un poco me confunde todo esto (no voy a mentirte) y me intriga mucho más… ¿Será que no te dejas ver o será que yo no veo bien?

¿Alguna vez les pasó?, ¿alguna vez miraron a alguien sin poder verlo?, ¿alguna vez conversaron con alguien sin ni siquiera haberlo encontrado?… A mi me está pasando, y te sigo buscando, y me sigue pasando y te sigo mirando… ¿Divertido? un poco quizás, pero sólo un poco…

¿Cómo afrontar esos momentos?

mujer sentada en banco

¿Qué hacer cuando no sabemos qué hacer?, ¿qué decir cuando no sabemos qué decir?, ¿cómo ayudar si no somos expertos?…Hay momentos en que uno no sabe como reaccionar, las palabras se esfuman, los sentimientos no se encuentran y las ideas, las ideas simplemente no están… ¿a dónde se fueron?, me pregunto yo… ¿a dónde quedaron?… ¿Qué hacer en esos momentos en que el cielo se nubla?… ¿Cómo ver si la niebla nos esconde el horizonte?…¿Hacia dónde mirar si no vemos nada más allá?…Cosas tan simples como un abrazo parecen no ayudar, cosas tan naturales como un beso parecen no alcanzar…¿Cómo manejar el silencio?, ¿cómo medir lo que decimos?,¿cómo saber cuál es el límite en esos momentos donde nada parece importar?…Parecen momentos en que uno se vuelve invisible y los demás no saben que estamos ahí, ahí al lado, intentando hacer algo pero sin saber exactamente qué… Son momentos de furia, momentos de enojo, en que la oscuridad no nos permite ver nada, ni siquiera a la persona sentada a nuestro lado…Y entonces yo digo: ¿cómo actuar si nadie nos ve?, ¿cómo ayudar desde la invisibilidad?…

¿Se puede perdonar luego de una gran herida?

Una sola vez en mi corta vida me sentí herida, herida en profundidad… Y creía que nunca iba a poder perdonar, ¿cómo pensarlo?…¿Cómo perdonar a alguien que me hizo tanto daño?…  Y quería odiar ( y por momentos odiaba) y me daba el lujo de pensar barbaridades… Me daba el lujo de pensar cosas impensables en momentos de dolor, porque vale aclarar que más que enojo era dolor… ¡Y cuánto dolía!.

En mi cabeza rondaba siempre la misma pregunta : ¿era necesario?, ¿era necesario que me hagan tanto daño?… ¡No hay derecho! , me decía a mi misma. ¿Acaso no podría haber sido de otra manera?… Y ahí en ese preciso momento me cayó la ficha y encontré la respuesta : no, no podía ser de otra manera porque si no efectivamente hubiera sido de otra manera o no hubiera sido (mucho mejor aún…). Pero fue y fue como debía ser, ni más ni menos… Porque el Universo es sabio. Porque la Vida es sabia.

Y entonces ahí entendí todo un poco más. No podemos renegar de los que nos toca, no podemos decir constantemente “si las cosas habrían sido distintas, yo hubiera…” Porque no existe el “habría”, lo real es el “hay” , lo real es el “es” no el “sería”… Utilizar los condicionales a veces nos mata porque implica que se den ciertas condiciones… Y las condiciones son las que son, las que vemos, no las que imaginamos… Si no sería todo ideal…

Y cada vez que vuelve a mi la pregunta : ¿era necesario?. Me respondo que sí, sí lo era ; porque no hay otra forma. Cada cosa tiene su razón de ser y si es…es. No fantaseemos, no nos escondamos ante lo que ES.  Se trata de aceptar , aceptar lo que nos está sucediendo por más loco que parezca, por más impensado que sea (realmente nunca imaginé que alguien querido iba a ser lo que hizo).Pero sucedió y no hay más vuelta que darle. ¿Y si huimos de lo que nos sucede?… Déjenme decirles que siempre nos alcanza…

Volviendo a donde iba… ¿Se puede perdonar?. Sí, se puede. ¿Cuesta?. Y sí, cuesta mucho si el daño es grande. Pero hay una clave y esa clave es el amor (y también el tiempo). Buscando respuestas e intentando entender por qué me habían lastimado me di cuenta que fue porque yo quería y quiero a la persona que me hirió. Si no todo hubiera sido más fácil, la sacaba de mi vida y problema resuelto. Pero no, porque yo la quiero y eso es amor. Entonces todo viene del amor y todo va hacia el amor… No hay otra forma… “La fórmula no es el amor, el amor es la fórmula”.

Se trata de entender, se trata de comprender, se trata de “ponerte en el lugar del otro por un ratito” y por sobre todo, se trata de amar. No hay más, no hay menos. No es fácil , no es difícil. ¡Es posible! Y así es que sonrío. Sonrío porque pude perdonar, perdonar de corazón y EN el corazón. ¿Y quieren saber algo?...Se siente MUY lindo.

corazon

¡Aprendamos a perdonar!

¿No es acaso Querer Olvidarte una contradicción en sí misma?

Cada vez que quiero olvidarte te pienso y si te pienso ¿cómo te olvido?…

Cuando queremos (tan decididamente) olvidar a alguien lo que hacemos (muy intensamente) es recordarlo. Te quiero olvidar, te recuerdo. Al verbo olvidar, le ponemos verbos adelante tales como “tener”, “querer”… Pero un verbo con tanta fuerza como el verbo en cuestión no necesita la compañía generosa de otros verbos. El verbo Olvidar transcurre solo, sin ayuda. ¿O acaso pensamos que se puede manejar el olvido?, ¿lo decidimos con la mente?…

Cuanto más quiero olvidarte, más te pienso. Y cuanto más te pienso, menos te olvido y más te recuerdo.

¡Pero juro que intenté con tanta fuerza olvidarte! Que casi casi lo logro. ¿Qué estaba haciendo mal?…

¿Y si empezamos a no ponerle mente al olvido?… No hay que ‘obligarnos’ sutilmente a olvidar. Porque el olvido no pasa por la cabeza, pasa por el corazón y por todo el cuerpo. Pasa por el alma, por el espíritu.

El día en que uno olvida ya no hace falta escribir sobre el olvido porque simplemente ya no hay nada. Ya no hay texto. Ya no hay preguntas ni tampoco respuestas…

El día en que la hoja quede en blanco (ese día) sabré que el olvido llenó la hoja; ese día el olvido habrá ocupado cada centímetro de esa hoja en la que solía escribir…

El día en el que no tenga que recordarme a mi misma que tengo que olvidar. Ese día habré olvidado…

Mientras tanto todavía queda… Queda mucho de vos en esta hoja…

Y cuando un recuerdo tuyo me llega, ya no lo censuro, ya no lo prohíbo… Lo acepto, le sonrío y lo  dejo pasar, que pase y siga su camino.

¿Puede buscarse el olvido?, ¿puede pensarse el olvido?… No, no se puede. Porque olvidar no se decide.  Olvidar se olvida sin uno darse cuenta… Así sin más; sin hacer mucho más al respecto más que seguir viviendo (que no es poca cosa).

Cada vez que quería olvidarte, cada vez más te recordaba; cada vez  que lo intentaba te volvía a traer una vez más a mi presente. Ahora ya no lo intento. Entendí que olvidar no es un acto voluntario si no que es el acto más involuntario de todos. Llega… Así sin más. Y nos encuentra viviendo, riendo , caminando o acariciando a nuestra mascota. Escuchando el sonido del mar o admirando el canto de un pájaro… Así , así llega. Y nos encuentra cantando, bailando, brindando. Y entonces la hoja, la hoja queda en blanco.

Y una sonrisa se dibuja en nuestro rostro.

 

 

¿Sonreímos?

 

¿Qué sabés vos de mi y qué sé yo de vos?

No es tan fácil opinar sobre historias ajenas o, mejor dicho, es justamente tan fácil que a veces herimos más de la cuenta.

¿Qué pasa cuando alguien nos cuenta su historia?. Generalmente opinamos, preguntamos, le decimos “pero hubieras hecho esto otro” y muchas otras cosas…

Y me pregunto: ¿es así de fácil opinar sobre la historia de otra persona?… ¿Qué tanto sabemos de Su historia?, ¿sabemos exactamente por todo lo que pasó?, ¿sabemos todo aquello que la persona tuvo que superar?… ¿O simplemente sabemos un breve (brevísimo) resumen de su vida?…

Tengamos cuidado porque a veces es muy fácil herir con palabras…

¿Cómo puedo decirle a otra persona que yo en su lugar hubiera hecho otra cosa?… ¿Cómo puedo?. Si yo no estaba en su lugar y nunca lo estaré tampoco… No podemos saber qué fue lo que llevó a una persona a hacer ciertas cosas y a no hacer tantas otras. No podemos simplemente porque no hemos vivido lo que esa persona vivío, no hemos sentido lo que ella sintió. Ni tampoco hemos sufrido cómo ella sufrió.

Seamos más cuidadosos al momento de hablar, al momento de opinar sobre la vida de otro. Porque la realidad es que no sabemos, no sabemos nada sobre su historia personal ni tampoco sobre sus luchas internas. No sabemos con qué exactamente tuvo que lidiar esa persona. Entonces seamos cautos.

Cada persona tiene experiencias únicas e irrepetibles. Cada persona se cae y se levanta a  su manera y como puede. No juzguemos porque no sabemos y nunca sabremos la historia del otro con todos los puntos y comas.

 

Entonces… ¿Qué sabés vos de mi? Sabés sólo lo que yo te cuento, lo que logro poner en palabras… ¿Y qué sé yo de vos? Sé tan sólo eso que vos me has contado, eso que vos has querido contarme o eso que vos has podido contarme. ¿Y sabés qué es eso?… Tan sólo un breve brevísimo resumen.